sábado, 26 de noviembre de 2016

Contrapeso

Dicen que el amor es ciego.
Hay días en los que creo que el odio lo es más.
Y sordo, también.
No ve motivos, no escucha razones.
Y desmemoriado, por cierto, también lo es.
Olvida que la historia no olvida y tiende a repetirse.
Es más, si el odio es muy profundo, olvida la historia.
Dicen también que hay una crisis de valores.
Y es cierto, pero en otro sentido: según qué se valore, sobrevendrá la crisis.
O no.
Sobrevendrá la paz, la inteligencia, la comprensión, la decencia, la humanidad.
Según qué se valore.
El odio destruye en segundos lo que el amor demoró años en construir.
Y dada su condición de ciego, no permitirá al odiante ver que sus pesadas ideas le caen encima.
El fiel de la balanza marcará, implacable, la cantidad de escombro.
Yo prefiero un contrapeso de gestos amables al plato lleno de palabras ciertas.
Pero claro, es esa mi decisión.

Leído en las aperturas de los programas 301 y 550

viernes, 18 de noviembre de 2016

Juegos y ceremonias

Nada hay más serio para un niño que el juego.
Ese trocito de mundo que recorta y del que se adueña, se convierte en una ceremonia única, una cierta celebración de aprender a ser.
Nada menos.
Algo de niños tendremos nosotros todavía, porque nos tomamos muy en serio este juego de la radio.
Un juego de ceremonias en las que celebramos el arte y la palabra.
Son trescientas las celebraciones de nuestro programa, una por cada salida al aire a jugar muy serios a la radio.
Gigantes Gentiles, nuestro espacio amado en donde los juegos son ceremonias.

Leído en la apertura del programa 300

sábado, 5 de noviembre de 2016

Vito Dumas

Dicen que dicen que la soledad 
es la carencia de compañía
y también la melancolía 
por algunas ausencias.
Sin embargo un navegante 
400 días navegó en soledad 
y ahí está el susodicho, 
con su sonrisa sin más.
Se me hace que aquello
no es la soledad, 
y lo digo ahora 
por si alguien me escucha
en este vasto océano:
no hay mejor compañía posible 
cuando la soledad no se sufre.
El resto es endosar necesidades.

Leído en la apertura del programa 316