Mirá que vos, justamente vos, con todo lo que me conocés y con todo lo que yo te quiero, vos me vengas a acusar a mí de esta manera.
A mí que gasté los tamangos transitando los pasillos de los tribunales de la vida y encaré a los jueces más adustos y severos y todos ellos sentenciaron mi inocencia en tal asunto.
A mí que escribí cientos de páginas relatando mi historia en épicos poemas refutando la fea acusación y demostrando su falsedad.
A mí que he hecho tantas cosas en mi vida que desmienten ésta tu ingenua creencia.
Mirá que vos, justamente vos, con lo que yo te conozco y vos me querés, me vengas a acusar a mí, justamente a mí, de inteligente.
Leído en la apertura del programa 183 y 258
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