y aun de mayores gestos,
sonrisas gemelas que bordean nuestros labios
que de tanto besarse mutan tersos,
si nuestros ojos fueran mariposas volarían
a encontrarse en la flor de los recuerdos
de nuestros momentos de fuego, delicia,
placer, fragancia y calma para luego
volver a posarse sobre esta misma mesa
en la que compartimos pan, belleza, sal y cielo.
Leído en la apertura del programa 170
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Tu mensaje quedará en espera de moderación y será publicado en breve, a criterio del autor del blog. Saludos,